Pasar al contenido principal

Resumen

Las transformaciones estructurales y funcionales observadas en las últimas décadas en las universidades y las Instituciones de Educación Superior (IES) han acelerado los cambios en el papel que juegan en la sociedad moderna. Las misiones tradicionales de docencia e investigación se ven ahora como parte de un complejo nexo de actividades, mientras que, al mismo tiempo, se espera que estas instituciones se comprometan aún más con su entorno. Los simultáneos problemas sociales y económicos han alimentado, quizás sin sentido crítico, la expectativa de que las IES actúan como centros estratégicos de conocimiento para el desarrollo de los sistemas locales de innovación. Este discurso se centra casi exclusivamente en cómo las universidades pueden gestionar un espectro de capacidades cada vez más amplio y cumplir con estas expectativas; pero, sin embargo, la hipótesis subyacente es que las IES generan externalidades positivas independientemente de sus características internas y de las circunstancias regionales. La crítica a esta postura se refleja en el creciente descontento relativo al papel efectivo de la universidad para generar beneficios económicos y sociales específicos; crítica que, además, alimenta el debate en torno a su modernización. El actual modelo de “talla única” sostiene que todas y cada una de las universidades son centros de excelencia en docencia, investigación y tercera misión (esto es, interacción con el entorno socioeconómico), pero se percibe fuera de sintonía con las necesidades de la sociedad actual y en urgente necesidad de reforma.

Doctorando Mabel Sánchez Barrioluengo
Directores Davide Consoli
Universidad Universitat Politècnica de València
Fecha de defensa