Marta G. Rivera, investigadora de INGENIO (CSIC-UPV), ha presentado en una rueda de prensa los principales resultados del último informe del IPCC (Panel de Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático de la ONU), titulado: "Cambio climático 2022: Impactos, adaptación y vulnerabilidad". El informe, publicado el pasado lunes, enumera los efectos que el cambio climático que son ya visibles en la actualidad, así como las la previsiones para las próximas décadas.
"El cambio climático causado por el ser humano está provocando una disrupción peligrosa y generalizada en la naturaleza y está afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos desplegados para reducir los riesgos. Las personas y los ecosistemas que tienen la menor capacidad de respuesta son los más afectados", afirmaron los científicos en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
En las próximas dos décadas, según apunta el documento, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 °C (2,7 °F). Incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles. Se incrementarán los riesgos para la sociedad, en particular para la infraestructura y los asentamientos costeros de baja altitud.
Del estudio se desprende que el aumento de temperaturas está afectando ya a la producción de alimentos en muchos lugares del mundo, alterada también por el incremento de lluvias torrenciales vinculadas al cambio climático. "Sabemos que, debido al cambio climático, se ha reducido ya un 5% la productividad de los tres principales cultivos en el mundo, maíz, trigo y arroz", apunta Marta Rivera-Ferre, coautora del capítulo 8 del informe e investigadora de este centro. "Habrá menos capacidad de cultivar alimentos y se estima que en torno al 10% de la superficie agrícola útil actual no podrá ser usada si se da un escenario con más emisiones".
Además, como recuerda Marta Rivera-Ferre, "no todas las personas son igual de vulnerables al cambio climático". El informe destaca "la necesidad de contar con las poblaciones locales e indígenas para desarrollar estrategias de conservación. Requiere contar con sus conocimientos, generar ese diálogo de saberes, entre el conociomiento científico y otros conocimientos para desarrollar estrategias efectivas y evitar la mala adaptación, es decir, respuestas que al final, de forma no intencionada, acaban generando un incremento en la desigualdad o haciendo que determinados grupos sean más vulnerables que al principio. Hablamos de mujeres o grupos indígenas que han sido excluidos de las conservaciones en muchos territorios", apunta la investigadora.
Rivera advierte que hay umbrales que es mejor no sobrepasar porque "ya no hay vuelta atrás". "Hay colectivos que no pueden adaptarse más como las poblaciones que deban emigrar". La investigadora hace un alegato alentando a la acción, pues "la innacción es más costosa que la acción o las políticas destinadas a mitigar el cambio climático. En términos económicos y humanitarios".
En síntesis, el informe destaca las principales consecuencias que está teniendo y tendrá el cambio climático en nuestro planeta, entre ellos, un agravamiento de las sequías; un aumento de muertes por temperaturas extremas; una perdida alarmante de biodiversidad; empobrecimiento del suelo y dificultades para la agricultura; escasez de agua potable y un fuerte impacto en el PIB mundial.
Este informe es el resultado del trabajo de 270 autores y autoras de 67 países diferentes, con más de 675 autores contribuyentes y más de 34.000 referencias citadas. Si desea acceder al informe completo, haga click en este enlace: https://www.ipcc.ch/assessment-report/ar6/
Sobre el IPCC
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático. Fue establecido en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a fin de que facilitase a los dirigentes políticos evaluaciones científicas periódicas del cambio climático, sus implicaciones y riesgos, y propusiese estrategias de adaptación y mitigación. Ese mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas respaldó la medida adoptada por la OMM y el PNUMA de establecer conjuntamente el IPCC. Tiene 195 Estados Miembros.
Las evaluaciones del IPCC brindan a los gobiernos, en todos los niveles, información científica que pueden utilizar para elaborar sus políticas climáticas. También constituyen una contribución fundamental en las negociaciones internacionales dirigidas a afrontar el cambio climático. Los informes del IPCC se elaboran y se revisan en diversas fases, garantizando así la objetividad y la transparencia. Los informes de evaluación del IPCC constan de las contribuciones de los tres grupos de trabajo y de un informe de síntesis.
Acerca de Marta G. Rivera
Marta G. Rivera es licenciada y doctora en Veterinaria, en la Especialidad de Producción Animal y Economía Agraria por la Universidad de Córdoba. Posteriormente cursó sus estudios de posgrado en la Universidad de Aberdeen y se doctoró en Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha realizado sus trabajos pre y postdoctorales en el Rowett Research Institute del Reino Unido, el Alterra Research Institute y la Universidad de Wageningen de los Países Bajos, la Universidad Autónoma de Barcelona, y el Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agrario. Rivera también ha sido directora de la Cátedra de Agroecología y Sistemas Alimentarios de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña entre 2014 y 2021.
Su experiencia investigadora le ha dotado de un perfil multidisciplinar en el análisis de los sistemas agroalimentarios. En los últimos años se ha centrado en el ámbito de la sociología de la agricultura y la alimentación, y particularmente en las interacciones entre agricultura, alimentación, sociedad y medioambiente, con énfasis en la adaptación al cambio climático y la seguridad y soberanía alimentarias, así como en la función social de la agricultura y el papel de las mujeres desde una perspectiva de estudios feministas.
Ha participado como autora líder en dos paneles de la ONU: la Evaluación Internacional del Conocimiento Agrícola, la Ciencia y la Tecnología para el Desarrollo (IAASTD, 2005-2008) y el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC: 2010-2014, 2016-2019, 2019-2022), así como en el Mecanismo de Asesoramiento Científico de las Academias de Ciencias Europeas (SAPEA) en el informe sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles para la UE. Miembro del comité científico asesor del Programa Conjunto de la UE Agricultura, Cambio Climático y Seguridad Alimentaria (FACCE-JPI).