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Mié, 20/12/2023 - 18:40

Elena Castro protagoniza la segunda de las entrevistas de nuestra serie Somos INGENIO. Recientemente investida doctora honoris causa por la Universidad Nacional del Litoral, en esta entrevista Elena habla de su trabajo actual en el program DINA, ahonda en los heroicos resultados de la ciencia española y en los cambios que necesita y, ya en su lado más personal, nos habla de sus grandes referentes -"mi padre e Ignacio, mi compañero vida"-, nos adentra en una pequeña aldea de Pontevedra y también en el Mediterráneo de Serrat y en "El país donde florece el limonero".

¿Cuál es tu trabajo dentro de INGENIO?

Soy científica titular del CSIC y en estos momentos lidero el “Programa de dinamización y formación para fomentar el intercambio y la transferencia de conocimiento en el sistema español de innovación” (DINA-ITC), a petición de la Secretaría General de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y  financiado con 800 millones de euros de fondos Next Generation de la Unión Europea.

¿Cómo definirías tu día a día en el Instituto?
En la actualidad dedico casi el 80% de mi tiempo al Programa DINA, donde participé en su diseño y enfoque,  y ahora en su ejecución, especialmente, coordinando la gestión económica, con la inestimable ayuda de la Oficialía Mayor del CSIC.

¿Cuál es tu línea de investigación?
En términos amplios, el estudio de la innovación, pero en los últimos años he puesto el foco en el estudios de la valorización social de la investigación en ciencias humanas y sociales y, a raiz de esa especialización, en el estudio de la innovación en patrimonio cultural.

¿En qué proyectos trabajas actualmente?
En el programa DINA-ITC ya descrito (2021-2024), que pretende promover un cambio cultural en la comunidad académica para que se implique activamente en la valorización social de sus conocimientos y capacidades.

¿Cuáles son tus últimos resultados?
Los últimos resultados científicos surgieron en el marco de un contrato de investigación con la ANECA, para realizar el análisis de la primera convocatoria de los sexenios de transferencia de conocimiento de 2018, con el que tuvimos acceso a la base de datos de los resúmenes de las solicitudes y concesiones, una oportunidad impresionante para conocer y comprender los medios de valorización social que utilizaron los investigadores de todas las áreas; se ratifica experimentalmente la enorme diversidad de medios de valorización y usuarios potenciales, que es nuestro enfoque.

¿Y retos más inmediatos?
Rematar correctamente el programa DINA-ITC, del que han surgido resultados interesantes para dinamizar y formar a los investigadores gracias a los materiales docentes resultantes (cursos diseñados, textos, vídeos, materiales de evaluación, experiencias, informes): al finalizar el programa, en diciembre de 2024, todos ellos quedarán a disposición de los actores del Sistema español de Innovación (Licencia CC-BY Creative commons)

¿Qué opinas sobre el momento actual de la ciencia española?
Creo que está en un momento bueno, porque los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo inversor, incluyendo el uso de los fondos Next generation, que España ha asignado también a la investigación; las plantillas de las universidades y OPI se han reforzado después de la crisis del 2008, en gran medida, porque en la pandemia se pudo comprobar que la ciencia responde cuando se la apela y apoya. Lo importante es que ese esfuerzo continue, porque la ciencia necesita “capital paciente”.

¿Qué destacarías de nuestro sistema científico?
Que está formado por personas muy comprometidas e ilusionadas con su trabajo, pero muy lastrada por la enorme burocracia y ahora envejecida por los años de la crisis, en que no hubo la suficiente renovación de plantillas. Nuestros colegas de otros países no padecen tanta burocracia como nosotros. Los resultados que se obtienen son heroicos.

¿Y de la política científica?
Que debe revisar el enfoque de la evaluación, para que se valoren tanto la excelencia científica como la relevacia social de la actividad científica. El Acuerdo COARA (https://coara.eu/agreement/the-agreement-full-text/) va en esa línea, pero se debe desarrollar y aplicar, aunque sea difícil y costoso.

¿Qué cambios crees necesarios en el sistema de ciencia y tecnología del país?
Creo que se necesita un entorno empresarial más innovador, porque las relaciones con la ciencia fallan muchas veces porque no se encuentran socios adecuados.
También sería necesario que las administracions públicas fueran más innovadoras -no sólo incorporando TIC- y se nutrieran de los conocimientos científicos al orientar o sustentar sus políticas.

En primera persona

  • Una persona que te haya marcado o lo siga haciendo: Desde el punto de vista humano, mi padre; aún pienso muchas veces en él y en lo que diría ante las diferentes situaciones que vivo, y, por supuesto, Ignacio, mi compañero de vida.Profesionalmente, he tenido la suerte de tener grandes maestros en las diferentes etapas de mi carrera, pero por encima de todos destaco a Ignacio (Fernández de Lucio), por su creatividad y enorme capacidad de trabajo. Después a Paul Benneworth, querido colega británico con el que colaboré muchos años hasta su prematuro fallecimiento en 2020; aún recuerdo las conversaciones con él y mi colega Julia Olmos para enfocar futuros proyectos o artículos, era apasionante.
  • Un recuerdo: A estas alturas de la vida es difícil pensar sólo en uno, y más cuando se ha tenido una vida llena de oportunidades y vivencias de todo tipo, pero si he de concretar, el día que nació mi hijo  (Daniel), porque cambió completamente mi vida en el mejor de los sentidos.
  • Un libro: Otra pregunta difícil para una lectora compulsiva desde mi más tierna infancia. Por citar uno reciente, “El país donde florece el limonero”, de Helena Attler, de la editorial Acantilado. Bellísimo y con el que he aprendido mucho. Tambión debo nombrar a mi admirado Andrea Camilleri; he leído todos sus libros y, el día que murió, se me saltaban las lágrimas.
  • Una película: No soy muy aficionada al cine, prefiero el teatro. Podría destacar La estrategia del caracol, de Sergio Cabrera (1993). De las españolas, me gustó mucho Dolor y muerte, de Almodovar.
  • Una canción: Otra pregunta difícil para alguien que no puede vivir sin la música, que elijo en cada momento en función de mi estado de ánimo y otros factores. Si solo puedo decir una canción, “Mediterráneo”, de Juan Manuel Serrat; si puedo añadir otra, “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, pero me gustan mucho otros cantautores (Brassens, Victor Manuel, y también me gusta la música gallega (Carlos Núñez) y el flamenco (Carmen Linares); de la más actual, me encanta Rosalía (El mal querer). Lo que más escucho es música clásica y mi elección  depende mucho del estado de ánimo: Bach, Soler, Vivaldi, Purcell, Rameau, Satie, Falla, Albéniz, Rachmaninnoff, …. Gracias al conjunto músico vocal español La Grande Chapelle y a la colección que coedita con la editorial del CSIC (Música poética) he conocido compositores españoles maravillosos que desconocía (Sebastián Durón, Cristóbal Galán, Juan Hidalgo, Alonso Lobo, Cristóbal de Morales, José de Nebra, Carlos Patiño, Joan Pau Pujol, Antonio Rodríguez de Hita, Pedro Ruimonte, Francesc Valls,…). El pasado día 13 pude escuchar el estreno en tiempos modernos de los Responsorios de Navidad de José de Nebra y fue impresionante; el disco saldrá el año que viene.
  • Tu lugar preferido en el mundo: Una pequeña aldea de Pontevedra que se llama Rubiós, en As Neves. Es el lugar en el que nació mi padre y al que he ido en verano desde pequeña y sigo yendo, cada vez que tengo días suficientes para llegar desde Valencia. Es un lugar en el que he sido feliz siempre y donde viven mis vecinas queridas, que son mi familia postiza. Cuando estoy allí, se me ensancha el alma.
  • Un desafío personal: Abordar la jubilación con ilusión y encontrar la forma de ser útil a los demás mientras el cuerpo aguante.
  • Un deseo: Que mi hijo sea feliz y desarrolle todas sus enormes capacidades humanas e intelectuales.